La sangre está formada por diferentes tipos de células (glóbulos rojos, glóbulos blancos, plaquetas, etc.). En los últimos años se descubrió que en la pared de las plaquetas se encuentran unas proteínas que presentan un altísimo poder regenerativo y que mediante un proceso de centrifugación se pueden separar estas células de la sangre.
El PRP se extrae de la propia sangre del paciente, consiste en la obtención de los factores de crecimiento liberados por las plaquetas que al aplicarse al propio paciente, estimula la producción de factores de
crecimiento que intervienen en la regeneración y reparación del tejido, al ser preparado con la propia sangre del paciente no hay riesgos de respuestas alérgicas ni tampoco de rechazo, ya que es un producto del propio paciente con excelente poder regenerativo.
Las plaquetas que fluyen por la sangre están repletas de factores de crecimiento. Éstos tienen la capacidad de acelerar la reparación de los tejidos como el colágeno de la piel, por lo tanto la aplicación de elevadas concentraciones de plaquetas genera procesos de reparación y restauración celular.
Por las propiedades que posee, el PRP está indicado principalmente:
Este tratamiento libera factores de crecimiento que son los responsables de estimular de forma natural la producción y regeneración de Colágeno, Elastinas y otros componentes de la piel. Una vez aplicado permite ver rápidamente cambios químicos y estructurales en la piel, lo que se lo mismo, una piel más joven, más vital y más tersa y de mejor calidad.
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